La luz roja se utiliza para corregir manchas cutáneas, eliminar arrugas finas, mejorar la oxigenación cutánea y tonificar la piel.
Con 4 ó 6 sesiones, como máximo, se obtiene una mejora espectacular en la piel, con resultados significativamente mejores que los que se conseguían antes aplicando el láser de Co2. Y sin periodo de recuperación.